viernes, 24 de mayo de 2013

Estrenos y profesionalidad.

El martes viví una experiencia de lo más interesante y satisfactoria que no pensé que disfrutaría de tal manera por mi continua falta de confianza en mí misma. 

Una de mis compañeras de canto en el conservatorio, Alex,  había compuesto un lied para mi voz, ya que ella es mezzo y nuestras voces son como el día y la noche :) 

El martes pasado fue la audición, con grabación incluida, del departamento de composición. 

La verdad es que todo fue un poco locura, porque no se supo con seguridad si habría audición hasta la semana pasada, y yo la semana pasada solo podía pensar en dar la talla con Olympia... Así que no hubo tiempo de mirarlo con el pianista hasta el mismo martes por la mañana!! (Menos mal que es un magnífico pianista jajajaja) Tres ensayos a lo largo del día, incluido el general con prueba de sonido, y de cabeza al estreno! Y con grabación y público!

Nunca había hecho nada parecido. Montar un lied de sonoridad contemporánea, en la que el acompañamiento muchas veces me despistaba más de lo que me ayudaba, en un par de días, y verlo con el pianista un solo día y hala, a cantar!! Si hace un par de daños me hubiesen dicho que haría esto algún día, no me lo hubiese creido.

Sobra decir que no salió perfecto, que hubo notas desafinadas e incluso inventadas, jajajaja, pero tengo que a agradecer a Alex la oportunidad y experiencia que me ha brindado, a parte del detalle de componer un lied pensando en mí.

En estas situaciones es cuando descubres que, a pesar de los nervios, de la falta de confianza, del casi sufrimiento previo, amas la música y quieres dedicar tu vida a ella :)

lunes, 13 de mayo de 2013

La primera vez que...

Las primeras veces siempre son difíciles. Cuando se acerca el momento de hacer algo por primera vez en el canto, te invade una especie de rechazo, un miedo que hace que quieras salir corriendo del autiroio/teatro o local que sea. Ya me pasó cuando di la charla de ópera para bekool, cantando fragmentos a capella. 10 minutos antes piensas que no vas a ser capaz y rezas para que algo ocurra y no se lleve a cabo el evento.
Pero esos minutos pasan y ahí estás, enfrentándote a tus miedos y tus inseguridades. 

Mañana tengo otro de esos momento. El evento no es nada del otro jueves, pero yo canto un aria de las que serán parte de mi repertorio óptimo y habitual cuando sea profesional, y siento una especie de obligación de tener que hacerlo perfecto porque, si no clavo un aria que es específica para mi voz, ¿cuál voy a hacer bien?

También he decir que el personaje, una muñeca autómata que un científico construye y presenta como su hija, que suele representarse como una jovencita preciosa y... repipi, las cosas como son, no me ayuda a identificarme. Los movimientos y expresión de muñeca no son lo mio, está claro. Creo que todos preferimos los papeles profundos. En mi caso, las mujeres seductoras, o pícaras, o enamoradas o desoladas por la pérdida de su amor. Pero para bien o para mal, soy soprano ligera y casi todos los personajes para mi voz son niñas repipis y monísimas... es mi cruz, jajaja.

La historia es que es la primera vez que tengo que dar la talla ante un auditorio con un aria de ligera... y estoy atacada. En fin, mañana habrá pasado todo y veremos como va.

Os dejo un video de una gran y jovencísima soprano ligera, Rachele Gilmore, interpretando el aria del que os hablo, el aria de Olympia, en su debut en el Met.

Quién pudiera sonar así...